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domingo, 5 de julio de 2015

Travesía Torca de Tibia - Cueva Fresca. 31 Mayo 2015.

Corrían los años 90 cuando mis amigos de mi primer grupo, el GAEM, empezaron a ponerme los dientes largos con esta travesía. Hacía pocos años que los franceses de Glenoble consiguieran unir Fresca con Tibia cuando algunos de los del GAEM ya me hablaban del famoso paso estrecho, de pozos que quitaban el hipo…

Pues he necesitado más de 20 años para comprobar con mis propios ojos lo fantástico y duro de esta travesía.

Quizás esos 20 años con la espinita clavada o quizás el historial de rescates que ha habido en esta integral, pero el caso es que ha sido una de las travesías que más me he preparado.

Merece la pena leer el dramático accidente de Eva y su rescate. No he encontrado nunca un relato de un accidente y rescate mejor contado que éste. Creo que todos debiéramos leerlo para concienciarnos de lo frágiles que somos dentro de una cueva y de cómo en una fracción de segundo, un descuido, una mala maniobra, un pequeño despiste técnico o Dios sabe qué, se puede convertir en una tragedia.

El guapo del grupo: Un cigarrito en la zona de la unión
He bajado pozos mucho más largos, pero hoy, varios días después de hacer esta travesía, sigo teniendo en la cabeza esa sensación de vacío que proporcionan los espectaculares pozos de 85 m de esta integral. Y, sobre todo, el primero, con esa reunión a mitad de pared y ese peazo de bloque en su base, donde hace unos días yo preparaba un montadito de jamón serrano a Iñaki y a David mientras terminaban de descenderlo, pero  donde hace 9 años se producía el drama tan bien detallado del accidente de Eva.

Pero sacudámonos ese drama, que lo que vamos a hacer es disfrutar un poco.

Y por fin el 31 de Mayo del 2015, gracias a la gente de Gama del Transmiera: David, Álvaro, Nardo y Jorge, además de Iñaki de los Haitzulos, se alinearon los astros de forma que pude, 20 años después, hacer esta travesía.

LOS PREPARATIVOS.

Éramos seis a hacer la travesía, todos con buen nivel, pero mi principal preocupación era que, si teníamos que esperarnos en los pozos, se nos haría eterna la travesía.

Así que lo primero fue crear un grupo de “guasap”, que ayuda en estos casos. Luego, pedir permiso al Gobierno de Cantabria y a la Federación Cántabra para visita espeleológica: El famoso formulario.

Otro tema: qué material llevar. Os dejo una lista de cómo nos organizamos el material.
Material que llevamos.
               
Decidimos crear dos grupos para hacer la travesía. Uno en cabeza, que iría instalando pozos, y otro de cola, que iría recuperando. Iñaki, David y yo en cabeza, y Nardo, Álvaro y David recuperando.

Acordamos que al instalar lo haríamos en fijo, con nudos final de cuerda. La cuerda sobrante de bajada habría que recogerla y atarla a la siguiente reunión, para que nadie se pasara de largo.

Las ideas tenían que estar muy claras: qué cuerda usar en cada pozo, con cuál recuperar, cómo se iban a encontrar las cuerdas los que recuperaran, etc.

Planning de instalación. Dos equipos.



Hice esta especie de “planning”:

Mi principal preocupación: Que nos hiciéramos la picha un lío con la recuperación de cuerdas. Ciertamente, yo que fui instalando muchos de los pozos tuve que improvisar en alguno. Pero los chicos de cola se portaron fenomenal y supieron entender y actuar en consecuencia. Un aplauso para ellos, porque todo este tema de recuperación, instalación, paso de cuerdas, etc fue como la seda.

Y, por último, el papel que dejamos con nuestros datos e instrucciones de qué vamos a hacer y horarios:


Por si hubiera que llamar al rescate























LA APROXIMACIÓN.

Los chicos de Gama habían probado a hacer la aproximación desde las Casucas del Asón. Y no encontraron la sima de Tibia…

Les convencí para hacerla, esta vez, desde los Collados del Asón, que también es una paliza, la verdad, sobre todo para este cuarentón cervecero.

Tracks de acceso

Tracks de acceso
Álvaro, tú dirás lo que quieras, pero desde los Collados del Asón es un desnivel de 400 m, y desde las Casucas de casi 700m.

Pues eso. Dejamos dos coches aparcados en las Casucas del Asón y con la auto caravana subimos todos a los Collados:









Aparcamiento en las Casucas del Asón: WGS84 UTM - 30T – 451.038 – 4.786.348 
Aparcamiento de los Collados del Asón: WGS84 UTM - 30T – 452.532 – 4.783.069  
En las casucas del Asón

Iñaki, mirándome el culo.
Desde los Collados del Asón empezamos a caminar por la cómoda y única pista hacia Bernavinto. Hay que llegar hasta el cruce a la derecha que lleva a la zona del Albeo. Dejamos los famosos laberintos del Asón a nuestra izquierda, siempre dirección al Albeo, para sumergirnos en un precioso bosque donde, después de un rato de subida, empezamos a descender fuertemente hacia “El Apartado”, donde hay unas cabañas.
















Pista que parte de los Collados

Una vez esquivados los Laberintos del Asón

Zona de "El Apartado"


























A partir de las cabañas, o usas GPS o estás perdido. Intentar encontrar la boca de Tibia sin GPS y desde aquí, a menos de 300 m de la sima, es echarle un huevo de horas.

En nuestro caso, entre mi super Lenovo S750, con GPS incorporado, y la caña en la subida que metió David, que el mamón tira por montaña y cuesta arriba más que una Bultaco, que me llevó todo el camino con la lengua fuera: ¡¡Cabrón, que casi descojonas en la subida a este pobre anciano!!, hicimos la aproximación desde los Collados en 1h y 30 min.

En la boca de Tibia. Nardo, blanco como la leche.
Simplemente, tomad estas coordenadas y no os comáis la cabeza:

Sima Tibia: WGS84 UTM - 30T – 450.117 – 4.786.037.

Y os paso las de Cueva Fresca: WGS84 UTM - 30T – 451.244 – 4.785.552.

Cuando salgáis por Fresca es muy fácil. Todo para abajo, por una senda medio marcada y de fuerte pendiente, hasta encontrar un prado, que hay que descender hasta toparnos con la pista que viene de la Cascada del Asón. En la pista, a la izquierda, cuesta abajo, hasta el puente que cruza el río Asón en la zona de las Casucas.   





DESCRIPCIÓN DE LA TRAVESÍA:

Antes de nada deciros que la instalación no estaba demasiado bien. Encontramos muchos mallones que daban miedo, que estaban desgastados en su roce con la chapa o la cadena, así como chapas que también presentaban cierto desgaste por roce. Debierais llevar mallones pensando en abandonarlos.

En Tibia encontramos muy poca cosa instalada en fijo: Los pasamanos de aproximación, las guías de los rápeles del P36 (péndulo), las rampas posteriores a este pozo y, eso sí, las cuerdas de los pozos de la unión. Estas últimas estaban recién puestas, en muy buen estado.

Iñaki, en P9. Fijaros la cuerda que le falta.
Pues nada, empezamos con un P19 bastante estrecho en su cabecera, que para nada hace pensar lo que tiene debajo. Hay que buscarle el paso a este pozo: hacia la derecha, según bajas.

Pequeña galería de bloques y enseguida el P9, que instalo en doble con una supuesta cuerda de 20m de los chicos de Gama. Se empezaba a mascar en el ambiente que habría que improvisar en las instalaciones: La supuesta cuerda de 20m, en doble, en un P9, se queda a algo menos de 1 m del suelo. O la cueva ha estirado o hay cuerdas mal medidas.
Bueno, maniobra de quitar nudo final de cuerda y dejarse caer el último metro. Si hacéis esto, por favor tened en cuenta en volver a hacer el nudo final de cuerda, porque el susto que se puede llevar el siguiente puede ser de infarto, además del culetazo que se va a meter.

Fácilmente llegamos a la cabecera del primer e impresionante P85. Esta cabecera presentaba desgaste en los mallones: Miedito…

Instalo el primer tramo de 30m con mi cuerda de 60m en doble. Ojo, la reunión a -30m es muyyyy fácil pasársela. No hay ni rampa, ni repisa, ni nada. Es una reunión en una pared vertical sin posibilidad de apoyar los pies en nada. Reunión tipo jamón colgado.

Me anclo, instalo la cuerda de supuestamente 55m, cambio de cuerda y, sobre todo, ato los dos extremos de la primera cuerda a la reunión. Con los 60m en doble apenas sobran un par de metros. Íbamos muy justos con las longitudes de cuerda.

Impresionante, de verdad. ¡¡Me encanta verme colgado de una cuerda!!

Y efectivamente, la cuerda de 55m no llega completamente al fondo. Tengo que pendulear y buscar un bloque para posarme.

Mientras espero a Iñaki y a David, preparo unos montaditos de jamón serrano. Es una gozada esto de no tener que recuperar cuerda.
David, instalando el P19.

Cuando empezamos a avanzar los del grupo de cabeza, escuchamos a los del de cola cómo empiezan a descender el P85. Reconforta saber que parece que todo va como la seda. Aprovechamos y Nardo nos pasa algunas de las cuerdas que ya han recuperado.

Entramos ahora en un meandro cabrón. Es corto, pero estrecho y de esos que tienes que llevar la saca en el arnés buscando el paso por donde entrar. Muy incómodo: ¡¡qué poco me gustan los meandros estrechos!!

Iñaki y David van instalando los siguientes pozos. El P19 y el P30.

De verdad que es un disfrute de pozos. Y esto de no tener que esperar a recuperar es una gozada.

"Entre mis piernas". P19.


Hora del famoso paso estrecho de Tibia, del que todo el mundo habla por las calles, del que se rumorea en los bares y del que hasta las hormigas tienen miedo.

¡¡Pues no!!, de verdad que eso no es un paso estrecho. Solo es un paso incómodo, joder. Es más estrecho el desagüe del WC de Azpilicueta, o la diaclasa vertical de Sima Tonio, o la otra diaclasa vertical de Torca Fría, o la salida por la Torca de la Canal desde el libro, o la bocina de Atxuriaga. Cualquiera que haya hecho la travesía del Narizón – Palomas ha hecho pasos más estrechos que este.

David. Final del paso estrecho.
Se trata de un conducto más o menos cilíndrico, con una grieta en su base, similar al Tubo del Reguerillo, pero de un tamaño tal que ni te caes tú ni la saca. Esa grieta comunica con los pozos inferiores.

El problema de este paso es que tiene dos pronunciadas curvas a la derecha. Por eso entrar apoyado sobre el costado izquierdo, para poder doblarte sobre la tripa y dar esos dos giros.

Luego, para salir, nada más dar la segunda curva, hay que ir muy pendiente de la parte superior, porque en cuanto veas un hueco por el que salir, hay que tirar para arriba. Ese hueco para salir sí es estrecho, pero son solo un par de centímetros.

Entro yo primero, con el arnés puesto y sin aparatos, siempre con la saca por delante y sobre mi costado izquierdo. Por cierto, entrad como queráis, que dentro hay sitio para colocarse, que es un tubo como de 50 – 60 cm de diámetro.

Algo de lío en las piernas al dar las curvas, algo de estrecho para salir, pero sin darme cuenta estoy fuera. Esperaba algo realmente estrecho, la verdad, pero naaaaa… leyendas urbanas.

A estas alturas, en el grupo de cabeza no estábamos muy sobrados de cuerdas, así que cruzamos los dedos para que hubiera algo instalado.

Del final del paso estrecho a la cabecera del P36 con péndulo hay algo de espacio donde colocarte los aparatos. No mucho. Así que tiro para este pozo y voy instalando.

En este P36 hay que buscar una ventana, como a -20m, del lado contrario. Hay cuerda guía instalada para rapel guiado. Esa cuerda guía nos lleva hasta una repisa, donde fracciona y se convierte esta cuerda en una especie de semi-pasamanos, semi-cuerda guía. Hay todavía otro fraccionamiento en esta cuerda hasta alcanzar la ventana.

Instalo yo, así que pongo en fijo nuestra supuesta cuerda de 20m, cabo corto a la cuerda guía y para abajo.

Llego hasta el primer fraccionamiento de la cuerda guía, en una repisa, y hasta ahí llega mi cuerda. Faltan como 5 m, casi en horizontal, para alcanzar a la ventana. Por suerte, los siguientes tramos de cuerda guía están en doble: Uno más tenso que el otro, así que aprovecho el menos tenso para meter mi viejo Dressler y el otro para guiarme. Al final, acabo haciendo más de pasamanos que de bajada.

Las siguientes rampas, dos P8, están instaladas en fijo y cuerda en buen estado. Así que para abajo.

Y así llegamos el grupo de cabeza hasta la galería de las Pérdidas, con un pequeño riachuelo que nos permite proveernos de agua. Hasta aquí, tres horas clavadas de travesía.

Para gusto de los tres del grupo de cabeza, David ha cargado tooooda  la travesía con camping-gas, té y Yatekomos. Pues nada, a preparar la comida.

No sé si es David o Iñaki, jugando con la manta.
Los de cola tardan mucho… Comemos, nos aburrimos, volvemos a comer, nos volvemos a aburrir, nos quedamos fríos, jugamos con la manta térmica, a hacer un vivac… y estos del grupo de cola que no aparecen.
 
¡¡Una hora después!! Aparecen los del grupo de cola. El problema, pasar el paso estrecho con todas las cuerdas que habían ido recuperando. Pues sí, tenían razón. Pequeño detalle. Nosotros como gatitos, sin casi cuerdas, pasando por el paso estrecho, y ellos cargados como borricos.

Ahora somos nosotros, el grupo de cabeza, los que cargados con todas las cuerdas. Seguimos adelante, a por el P85. Avanzamos por la galería de las pérdidas y por el Bulevar Piege sin demasiados problemas.

Así, llegamos a una sala inclinada hacia la izquierda, con la cabecera del segundo P85 detrás de un bloque y con un pequeño descenso con cuerda fija para acceder.

Instalo este segundo P85, de nuevo con la cuerda de 60m en doble. Tiro para abajo y esta vez, la cadena de la segunda reunión del pozo sí está en una rampa: Te la tragas. Es una zona donde el pozo se estrecha ligeramente. Vamos, está en el sitio donde normalmente pondríamos un fraccionamiento.

Aun así, la rampa donde está esta reunión no es suficiente para posar los pies: hay que quedarse en oposición para maniobrar.

Me sobra muchísima cuerda en esta primera tirada, lo que me hace sospechar que son bastante menos de 30 m, por lo que igual, la siguiente tirada, es bastante más de 55m.

Recojo y ato la cuerda sobrante a la reunión e instalo con la “supuesta” cuerda de 55m la siguiente tirada. 
 Doy libre y tiro para abajo.

¡¡Joder, esto es inmenso!!, ¡¡este pozo es super largo!!... Yo no hacía más que bajar, y bajar… y aquello no se terminaba nunca. No me preguntéis por cómo era el pozo, porque yo solo iba pendiente del final de cuerda. Hasta que, como ya me temía, veo el nudo fin de cuerda como a 15 m del suelo: ¡¡Mierda!!.

No tengo más narices que sacar la cuerda de 20m y empalmar. Nudo de unión, con gaza para ayudar en la maniobra,  y de nuevo para abajo.

Bajo pensando en si mis compañeros del grupo de cola sabrán interpretar lo que he hecho, si mi cuerda de 60m les llegará para bajar y recuperar por la que he empalmado, porque si no llega, vamos a perder un huevo de cuerda.

Aviso a mis colegas del grupo de cabeza del nudo de empalme. Uno a uno van bajando sin problemas.

Entre los tres tomamos la decisión de esperar en la base de este P85 a los del grupo de cola, para así avisarles de que la cuerda está empalmada.

Mi cuerda de 60 m, además de estar bien medida, es del Decathlon. Una Beal de 9mm. Cuando voy al Decathlon a comprar cuerda siempre uso la misma táctica, que es, después de que el encargado haya medido la cuerda, soltarle el discurso de “Oye, ¿Estás seguro de que has medido bien?... Mira que llevo la cuerda justa, que si has medido mal me vas a dejar colgado de un pozo…” un poco de bla, bla, bla más y siempre, por miedo, el encargado le da dos o tres metros más de cuerda.

Llegan nuestros colegas del grupo de cola; les avisamos de que la cuerda está empalmada. Es Jorge y Álvaro a los que se les “intuye” trasteando en la reunión: Cuerdas que suben, que bajan, que se menean… daban la sensación de auténticos profesionales, sensación que se ve confirmada cuando, por fin, sueltan mi cuerda de 60m (más un par de  metros por cortesía de Decathlon) y ¡¡¡Llega al suelo!!! Apenas sobra un metro o dos, pero estamos salvados.

¡¡¡Un aplauso para los chicos del grupo de cola!!! Que, tirando de la cuerda que yo empalmé, recuperan todas las cuerdas intactas.

Principio del río de Tibia.
Sin más, repartimos peso entre todos, y para el río de Tibia.

 La verdad es que nos lo pasamos pipa por el río de Tibia: Los que llevábamos botas de agua íbamos chapoteando, tan contentos; y los pringaos que subieron con botas de treking, pues haciendo oposición en algunos tramos para, al final, mojarse los pies en alguna de las pozas con las que te cruzas. Muy divertido, cómodo y rápido el avance por el río.

La famosa “ducha” es un aporte de agua, en forma de lluvia, que no puedes evitar. Al final te mojas, pero apenas nada.

Río de Tibia
Por el río de Tibia.



















Entre risas, bromas y chistes llegamos a la zona de la unión. Una preciosa cuerda ascendente, reluciente y nuevecita, nos cortó el paso por el río.

Jorge subiendo el primer P10 de la Unión.
Se trata de dos pozos, ambos de unos 10 - 15 m, en ascenso. El primero incómodo y estrecho, sobre todo a partir del fraccionamiento. Tiene un paso estrecho en ascenso que, sin agobiar, hace que te estorbe la saca y tengas que buscar la postura.

Subimos el primer pozo, existiendo una sala a continuación que hace de base del segundo pozo que, por cierto, es facilón.

A partir de aquí la cueva se hace incómoda, sucediéndose un sinfín de gateras y zonas estrechas y laberínticas: La diaclasa de los Parisinos. El camino está bien balizado, aunque aun así nos despistamos en alguna ocasión.

Aquí el Nardo se puso delante y tiró como alma que lleva el diablo, a toda leche por las gateras aquellas… Menuda sudada: “¡¡Joder!!, ¡¡¡para ir despacio prefiero hacerlo en alguna zona bonita!!!”… ese fue su argumento para llevarnos con la lengua fuera por esta zona.

Por la 5º Avenida.
Una vez alcanzado el P70, que dejamos a un lado y que no hay que atacar, la galería mejora ligeramente en dimensiones. Pero, sin previo aviso, cuando te has acostumbrado a esta parte incómoda de la cueva, y tras subir un caos de bloques, apareces en una inmensa sala, gigantesca, que la iluminación de los 6 juntos apenas alcanzaba a vislumbrar: La sala Rabelais.

Impresionante. Yo, después de la torca del Carlista, es lo más impresionante en tamaño que he visto bajo tierra.

Desde aquí, de trankis, 3 horas hasta la calle.

Aprovechamos para hacer una paradita, beber la poca agua que nos quedaba y un cigarrito.

Nardo. Vira de la Araña.
Avanzamos sin problemas por la 5º avenida. Solo algún pasamanos – quitamiedos en alguna rampa, hasta llegar a la “vira de la araña”: Cuerda de unos 5 m en ascenso que da paso a un delicioso pasamanos que le lleva a 30 m del suelo: ¡Cómo me gusta verme colgado de un precipicio! ¿Seré raro?. Finaliza en una cuerda de descenso que nos devuelve a la galería. Cuerdas en buen estado.

En seguida se llega al “tracastín”. Se trata de una curiosa grieta en el suelo de la galería donde, asegurados a un pasamanos, mediremos la capacidad que tenemos para abrirnos de piernas.

Sin previo aviso cambia la morfología del suelo, apareciendo un viscoso y resbaladizo barro que nos acompañará gran parte de lo que queda del recorrido. Alguna charca graciosilla de ese barro resbaladizo, algún culetazo y se alcanza la fuente de los macarrones, donde pudimos proveernos de agua, que ya veníamos secos.

David. Vira de la Araña.
Más suelo resbaladizo, más charcas graciosillas de barro hasta que, una vez desaparecido el barro, un gran bloque cúbico corta la galería, teniendo que salvarlo por unos pasamanos por la izquierda: Es el “Bloque 64”.

Algún pasamanos – quitamiedos hasta la “rampa resbaladiza”, donde unos escalones tallados en la roca nos ayudarán a no esmorrarnos.

El avance es cómodo, aunque el cansancio y los gemelos se empiezan a quejar en las cuestas arriba que desde aquí hasta la salida.

Al poco, una cuerda nos ayuda a meternos en un agujero soplador a un par ed metros por encima del suelo. Esa misma cuerda nos ayuda a bajarlo para, al poco, llegar a los laminadores de la salida.

Sopla mucho aire.

Se trata de dos laminadores de pocos metros. Tras el segundo ya se ve la luz del día, dando paso a la sala de la entrada, usada para guardar ganado.

Y, después de 9 horas y media de disfrute, la salida. Mucho calor en esta tarde de mayo, que nos dio para tirarnos un rato en la hierba de la entrada, a disfrutar del paisaje.

Por cierto, no hay cobertura de móvil.

Un paseíto cuesta abajo hasta el coche, aunque la bajada también hace chirriar a nuestras ya cansadas rodillas.

RECOMENDACIONES:

Sobre el agua: Chungo. Vigilad, como siempre, el caudal de agua del Asón en Cotellino en este enlace. Cuando entramos teníamos un caudal de 6 m3/s en el Asón, que es un nivel bajo. El río de Tibia se puede complicar con fuertes lluvias o caudales altos. Mirad las previsiones. Prueba de ello es lo que les sucedió a estos colegas.

La instalación: Ya os he soltado el rollo de cuerdas arriba, pero lo ideal es llevar dos de 60m (reales) y algún tramo más pequeño (40 + 20m, por ejemplo) para los pozos más cortos.
Llevaros mallones para abandonar, además de alguna chapa. Alguna cabecera, sobre todo del segundo P85, daba miedo.

Perfil de la travesía. Versión de los amigos del Viana. Se agradecen las inscripciones.
Las cuerdas en fijo, que son pocas, en general en buen estado. Y la que estaba en mal estado nos la cargamos nosotros… Era un resalte de 2m en el río de Tibia: Se partió la cuerda al colgarnos. Se veía venir ya que estaba totalmente descamisada.
Perfil completo de la travesía.

Tiempos:
Aproximación desde los collados del Asón: 1 hora 30 minutos, metiéndole caña.
Total travesía: 9 horas 30 minutos. 6 tíos controlando y haciendo dos grupos en Tibia.
Fresca al coche: 20 minutos.
Planta de la travesía.
Bueno, chicos y chicas, aquí me saco la espina de hace tantos años escuchando lo de Tibia – Fresca, lo de que es que no te atreves con el paso estrecho… Uffff, qué alivio.

¡¡¡Suerte a todos por ahí abajo!!!